A medida que pasa los años las personas cambian, evolucionan y aprenden. No muchas lo consiguen pero por regla general sí. Y unos de los ámbitos que solemos desarrollar más es la esfera amorosa. Y es ahora cuando me doy cuenta viéndo a los chicos de quince o dieciséis años y sus primeros amores -contemplándolo desde una perspectiva normal y sana- y obviamente rememorando viejas escenas de mi pasado y comparándolas. Pero no veo que haya cambiado mucho; los nervios, ¿Me han dicho que...?, ¿Será verdad?, me ha rozado la mano, me ha mirado a los ojos, ahora la mira a ella, ¿Estará jugando conmigo?, ¿Me quiere?, ¿Por qué con ésa bruja?...
Y es que antes se vivía el amor con mucha intensidad, teníamos tantas preguntas, tantas ganas de avanzar, tantas dudas... la inexperiencia lo hacía todo más difícil y más interesante. Como una gran aventura.
Pero ahora, después de haber vivido ésa aventura una y otra vez nos sabemos el camino, y sabemos que debemos pisar fuerte y agarrarnos para no caernos. Ya no apostamos el corazón, ahora si hay dudas preguntamos, ahora sabemos cual será el próximo paso... y es todo tan mecánico, tan triste, tan... sincero.
Si algo definia las relaciones quinceañeras es la aventura y la decepción y si algo define las aventuras veinteañeras es la sinceridad y la extroversión.
Y no digo que se haya de jugar con el otro, ni tampoco quedarse en ascuas pero sí dar un poco de emoción porque cuanto más se sufre más se valora.
¿Estaremos las mujeres enamoradas del drama?
-Yo, personalmente, quiero mi fortuna ahí donde la pueda ver: colgada de mi armario.- (Carrie Bradshaw)
25 de enero de 2010
23 de enero de 2010

Anoche me visitaron tres fantasmas : mi pasado, mi presente y mi futuro. Dickeniano, lo se, pero es cierto. No entiendo el extraño fenómeno del fin del mundo que ocurrió pero ni Facebook me invitó al evento y de golpe me ví en la fiesta. Curiosamente vinieron en orden: mi pasado me invitó a tomar un café, mi presente me dijo que me olvidara de él y mi futuro no pensaba ni en el pasado ni en el presente y ni siquiera sabía de su existencia.
Pero lo cierto es que hoy me he parado a pensar -metafóricamente, ya que, fue caminándo por la calle- y he hecho una lista de el amor que he dado y el daño que he hecho. Y mis cuentas salian en números rojos.
Tengo miedo del Karma, sé que algún día vendrá a por mí. Quizás es que soy fuerte y el daño que me hacen a mí no me cala tan hondo o quizás es que soy débil y el daño que hago lo sufro yo. Y es que es extraño pensar... que he llorado más por el daño hecho a mi futuro que por el daño que yo haya recibido de él a pesar que, por suerte o desgracia andamos con los mismos marcadores. Y es que... creo que no he tenido mi expiación y que muy pronto llegará. No puede ser que siempre me salga de rositas.
Escribo ésto para recordarmelo a mí misma, y es que sé que no habrá moraleja para mí ni tampoco aprenderé. Me conozco demasiado.
16 de enero de 2010
Hoy es un bonito día, hace tres noches el hombre del tiempo anunció tormenta, no he podido mirar la televisión desde el Jueves pero lo que recuerdo es que no iba hacer sol y eso es algo desconcertante para un dia que hace un sol que ciega, debería cambiar de programa definitivamente. Pero lo más desconcertante es que mirándo a mi alrededor no puedo evitar acordarme de mi cumpleaños y es que estaba en una de esas raras ocasiones en la que toda mi familia está reunida al completo y todos tus amigos están presentes, aunque claro, hoy también era uno de esos dias raros de Abril donde no hay aguas mil. Maldito presentador guapo de la tele.
Pero estoy contenta hoy hay tanta gente y están aquí por mí, porque me quieren. O al menos eso me parece; hay tantas lágrimas y abrazos... y hay un pica-pica al estilo americano al fondo...
...
...
...
Seguro que vienen a por la comida gratis, malditos sean.
Se de uno que no vendría por la comida, pero él... él no está. Mi marido seguramente está en alguna de esas reuniones del trabajo de las que siempre vuelve algo bebido. Parece mentira que, con tanta gente que me rodea, me falte él y me sienta tan fría.
Tampoco está tan mal, es verdad que discutimos hace tres dias y que fue una bronca muy dura, pero ésta vez yo le había explicado qué era lo que pensaba y lo mejor de todo es que me había escuchado. Había tenido miedo de lo que me pudiera decir o hacer si no le gustaba lo que le iba a decir, pero he visto que era algo sin importancia, ahora hemos arreglado nuestros problemas y somos felices.
Ésta vez no me había limitado a llorar ni tampoco a asustarme, no iba a permitir que ganara la pelea una vez más, había cogido el coraje suficiente y le había plantado cara. Y estoy muy orgullosa de mí misma.
Y aunque no esté aquí yo estoy feliz,
porque me quiere,
porque por primera vez, hoy, él no se ha limitado a golpearme,
porque por primera vez, hoy, me ha mandado flores,
porque por primera vez, hoy, yo no soy la que llora ni está encerrada
porque por primera vez hace tres dias fui valiente, aunque ya fue... muy tarde.
No me arrepiento de haberme callado, es solo que... quisiera poder hablar ahora.
Pero estoy contenta hoy hay tanta gente y están aquí por mí, porque me quieren. O al menos eso me parece; hay tantas lágrimas y abrazos... y hay un pica-pica al estilo americano al fondo...
...
...
...
Seguro que vienen a por la comida gratis, malditos sean.
Se de uno que no vendría por la comida, pero él... él no está. Mi marido seguramente está en alguna de esas reuniones del trabajo de las que siempre vuelve algo bebido. Parece mentira que, con tanta gente que me rodea, me falte él y me sienta tan fría.
Tampoco está tan mal, es verdad que discutimos hace tres dias y que fue una bronca muy dura, pero ésta vez yo le había explicado qué era lo que pensaba y lo mejor de todo es que me había escuchado. Había tenido miedo de lo que me pudiera decir o hacer si no le gustaba lo que le iba a decir, pero he visto que era algo sin importancia, ahora hemos arreglado nuestros problemas y somos felices.
Ésta vez no me había limitado a llorar ni tampoco a asustarme, no iba a permitir que ganara la pelea una vez más, había cogido el coraje suficiente y le había plantado cara. Y estoy muy orgullosa de mí misma.
Y aunque no esté aquí yo estoy feliz,
porque me quiere,
porque por primera vez, hoy, él no se ha limitado a golpearme,
porque por primera vez, hoy, me ha mandado flores,
porque por primera vez, hoy, yo no soy la que llora ni está encerrada
porque por primera vez hace tres dias fui valiente, aunque ya fue... muy tarde.
No me arrepiento de haberme callado, es solo que... quisiera poder hablar ahora.
7 de enero de 2010
Un nuevo comenzar... de nuevo.
Como cada fin de año las personas nos intentamos prometer a nosotros mismos nuevas acciones que llevaremos a cabo, los llamados propósitos de año nuevo.
Yo, particularmente, éste año no he caido en el placebo de creer que éste año iba a ser diferente, comenzaré igual que he terminado y los medios los impondré yo. No más "éste año me sacaré el carnet", "Iré al gimnasio", "Estudiaré más"... me niego en rotundo, si ha de ser, éste año lo será. Pero lo que sí que me exigo a mí misma es que ésta vez la felicidad estará de mi mano asida fuertemente.
Nadie me va a amargar más. Nadie más que yo me hará más feliz. Nadie, nadie, nadie... y solamente estaré yo. ¿Sueno egoista? No, porque yo también eres tú. Los don "nadies" ya se saben de sobra quienes son y haciéndo gala a su nombre ni los mencionaré.
¿Y porqué estoy tan segura que será así? Porque no es algo lanzado desde cero. Ya llevo medio año tomándome ésa filosofia. Y como bien me dicen: si no espabilas, te espabilan. Y yo ya he recibido más palos que el caganer en una guarderia.
Moraleja: Ser feliz y no hacer más propósitos .... aunque eso ya sea uno.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)