10 de junio de 2009

Extracto de un libro que algún dia terminaré






La chica de la ironia es incapaz de amar:



Sentada en mi bar de costumbre me encontraba leyendo un periódico, como siempre, las noticias de política e internacional para luego pasar a la entrevista del día. El camarero, un chico de aspecto joven y saludable con unos ojos increíblemente claros que daban la impresión de vivir asustado, llegó con su habitual sonrisa complaciente y me trajo el pedido de todos los lunes por la mañana. Como cada cosa de mi vida, todo estaba programado; despertarse, ducharse, vestirse, salir, desayunar, trabajar, salir, amargarse, amargarse, amargarse…


Me daría al tabaco y al alcohol sino fuera porque soy asmática y beber sola es de mal gusto. Ya que , obviamente, ése parece ser el problema de la sociedad sentimental -no lleguemos al término intelectual-, la soledad. Nunca me plantearía que al nacer todos necesitáramos a alguien, vale sí, necesitamos ayuda pero ¿Hasta qué punto? Nunca he necesitado realmente un lazo afectivo con nadie, todo lo que he hecho lo he conseguido sola y creo que así seguirá al menos claro está que necesitara a alguien con quien acostarme/machacar/torturar/quemar y otras tantas actividades placenteras para llegar a mi meta, hecho que seria indiscutiblemente mio debido a que si no hubiese estado ahí no habría tenido que pasar encima de él o ella. Y en cuanto al sentido “más sentimental” del asunto opino que los triunfos, las pérdidas... las vivimos cada uno a su manera y por tanto no es necesario tener ese alguien que por un momento de debilidad emocional nos achaque en los mejores momentos o me intente ayudar con palabras vacías en los peores. El estar sola te hace reflexionar ¿Cuánto necesario es tener a tu lado una pareja que te comprenda, te proteja, te cuide... para poder ser feliz? ¿Acaso no somos capaces de conseguir la felicidad individual? ¿Somos tan inútiles, tan dependientes?


Y en esas estaba yo, como siempre, junto a mi filosofía barata que solamente yo comprendía ya sea porque estúpidamente nunca la compartía –en eso consistía mi filosofía al fin y al cabo- ya sea porque no tenía ningún peso –cosa que jamás admitiría-. Como todos los lunes, yo hacía un repaso general a toda mi semana, evaluándola y sacándo todo el jugo posible. Me acordé de Waldo, un chico agraciado, con buenos modales y sonrisa abierta, atributos que quedaban bajo las sombras de su increíble y esperpento epíteto que era su nombre. ¿Cómo un chico podía ser arruinado con cinco letras? Fácilmente si era Waldo. La novia de Waldo, la señora de Waldo… cada vez que lo pensaba peor me parecía, con ese nombre no quería ni ser su amiga. Lo mejor era romper toda conexión así que le envié un sms mental:


“Pasamos un buen rato el viernes, pero creo que no te contestaré nunca más tus llamadas, lo siento, no es por mí, no es por ti, es por tu nombre.”


Seguí mi repaso mental y me quedé en el sábado. ¡Y como me gustaba la rima del sábado! Lástima que una de mis amigas me estropeara lo que se suponía que iba a ser un sábado fantástico conociendo algún chico con el que intercambiaría experiencias, palabras y quizás un café en mi casa o , porqué no, en mi cama. Tuve aquello que se dice una cita a ciegas para encontrar pareja, por dios, ¿Pareja? Quizás su coeficiente intelectual no le llega para comprender el significado semántico de “no quiero lios sentimentales” que insistentemente digo a mis amigas , en plural , y el concepto de querer pasar una vida autónoma lejos de problemas causados por personas externas que por alguna vicisitud se hace llamar novio y se cree ser el poseedor del derecho de cuestionar tu vida y/o controlarla.


Me levanté dejando el periódico en la mesa y con un último sorbo a mi bebida dejé el importe exacto preparado con antelación- como todo lo que hay en mi vida- en mi íncreible bolso nuevo hecho de algún material peludo y anilla de madera que pronto – a poder ser esta tarde.- sería complementado con algunos zapatos de infarto que me encargaría de encontrar en alguna tienda pret-a-porter especialmente diseñados y en exclusiva para… todo el mundo.

Modelo: Me
Fotógrafa: Me
Escritora: Me

Estado de ánimo: ¿Ironia o soberbia?

Dedicado a: Albita, la coautora de mi próximo libro, ayudante en todo menester de mi vida y una amiga donde las haya y no haya.

3 comentarios:

  1. En honor a la ironía: "Este texto es una obra ficticia, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia"

    Aunque está bastante claro que ése es tu objetivo. Me ha gustado, así que espero que el límite de este blog tienda a infinito.

    PS: Mis críticas no son muy constructivas, pero que le voy ha hacer si me gusta todo lo que no se me da bien hacer. Bueno, voy a leer lo siguiente. lol (no voy a firmar!!)

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  2. Detras de la ironia siempre hay una verdad, para cada uno tan solo existe una verdad, de igual manera que una forma de amar es diferente para cada persona, quizas y tan solo quizas sea por eso que no encuentras a tu pareja perfecta, a tu media naranja o tu medio pepino (gustos los colores), pero algun dia la encontraras, incluso es posible que no la encuentres adornado con un lacito, es posible que lo encuentres entre harapos, que se yo, a lo mejor de echas a monja.

    Pese a que no eres amada por una persona eres querida, no pierdas las oportunidades que te ofrece la vida de aqui en adelante pues cualquiera puede ser lo que tu quieras ser.

    La ironia esconde una verdad, solo tienes que saber interpretarla.^^

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