21 de agosto de 2009

¿Qué hemos heredado?


Estaba en una cafetería con mi padre en una de esas típicas charlas sobre el pasado y el presente cuando nos dimos cuenta de algo muy significativo.


Cuando mi padre era joven y consiguió un trabajo de bien pequeño entró en una empresa de electrónica donde no era más que un recadero que acabó siendo un peón en una gran cadena en serie, me contaba que, en su trabajo a los novatos se les gastaba bromas (como ponerle pegamento al destornillador, quitarle un tornillo a la silla, etc...) todos comian juntos y pese a que se gastaban verdaderas putadas había buen rollo. Hoy dia, entras a tu nuevo trabajo y tienes suerte si te presentan a tus compañeros (o al menos en cuanto a mi experiencia), una broma es sinónimo de una demanda, y de risas más bien pocas... si acaso competitividad.


Otra cosa que me impactó y que le tuve que dar la razón era que cuando él entró tenía todo por delante, y no me refiero a su trabajo, sino a su vida. Mis padres, como otros muchos, entregaban el sueldo a casa y empezar una nueva vida sin respaldo económico era toda una odisea para ellos, y direis, sí como ahora. No es lo mismo. Mis padres empezaron con un piso destartalado, un vestido de novia regalado, una cocinilla y los dos colchones de solteros que tenían. No había más, no podían empezar peor así que hicieran lo que hicieran iban a ir a mejor. Nosotros empezamos con un piso ya casi amueblado de todo, con un guardaropa lleno y la nevera blanca, reluciente y decadente. Comenzamos diciendo "tú fregarás los platos, tú harás ésto y lo otro..."


¿Cuando se empezó a vivir enviando amenazas? ¿Dónde quedó la ilusión que tenían nuestros padres al principio? ¿Le tenemos que dar la culpa a tenerlo todo gracias a nuestros padres?


Es triste saber que ahora mismo estoy viviendo uno de los mejores años de mi vida y que hasta dentro de una decena de años no llegaré a lo mismo. ¿Cómo se puede afrontar eso?

No hay comentarios:

Publicar un comentario